Diseño

Antes, todo esto era bosque

Desde la ACCA (Asociación de Críticos de Arte de Cataluña) me pidieron que elijiera tres proyectos de diseño bajo el concepto "Antes, todo esto era campo". Ésta fue mi respuesta:

Para realizar la selección de proyectos en el marco propuesto, he optado por centrarme en lo que se llama diseño especulativo. También tiene otros nombres como diseño ficción, diseño prospectivo o diseño crítico. En los últimos años estas disciplinas han cobrado gran importancia dentro de la vanguardia del diseño. El lugar desde el que operan los estudios y los profesionales que se dedican a ello es la concepción de futuros alternativos que por ahora se nos muestran improbables. El diseño especulativo se centra, principalmente, en plantear preguntas y crear escenarios futuros que provoquen debate, reflexión y pensamiento crítico en torno al impacto de las cosas (principalmente la tecnología, pero también la emergencia climática, crisis alimentaria, etc.) en la vida de las personas.

Anthony Dunne y Fiona Raby, con su estudio Dunne & Raby, son unos de los pioneros en este campo y toda una referencia al respecto. Nos dicen: «El actual diseño se ocupa principalmente de las actividades comerciales y de marketing, pero podría operar a un nivel más intelectual. Podría colocar nuevos desarrollos tecnológicos dentro de situaciones cotidianas imaginarias pero creíbles que nos permitirían debatir las implicaciones de los distintos futuros tecnológicos antes de que ocurran».

El diseño especulativo, en tanto que diseño, utiliza su lenguaje y herramientas, es decir procesos, principios, técnicas y métodos del diseño para mirar al futuro y plantear preguntas. Además, el diseño especulativo es un diseño centrado en las personas, puesto que se enfoca principalmente en ellas y, concretamente, en el impacto social futuro del actual desarrollo de productos. Y tiene una mirada crítica sobre el tecnooptimismo que percibe los avances tecnológicos como solución a nuestros problemas. No niega su potencial, pero intenta analizar los efectos que puede tener sobre la ciudadanía.

 

El diseño especulativo es diseño crítico porque busca desafiar suposiciones, preconcepciones y opiniones sobre el papel que desempeñan los productos en la vida cotidiana de las personas. Es un diseño que cuestiona el statu quo y que traslada el pensamiento crítico a la materialidad, al diseño de productos. Por eso me parece una buena herramienta a la hora de plantear escenarios de futuro, no tanto para hacerlos posibles –de hecho a veces se plantean escenarios poco deseables– sino para testar, probar, experimentar algunos efectos de esos posibles futuros y abrir un debate sobre ellos.

Los tres proyectos abordan futuros partir de la relación humano-naturaleza rompiendo en todos los casos apriorismos sobre una posición antropocéntrica. No dibujan futuros utópicos, pero tampoco caen en la distopía hegemónica con la que nos llevan bombardeando en las últimas décadas. Todo esto forma parte de la investigación que he hecho para mi libro “Neutopías. Nuevas utopías y diseño de futuros” que se presentará en noviembre y saldrá a principios del 2023.

A green Jade lake, de Instituto de Estudios Postnaturales 

Exposición en Centro Centro del Instituto de Estudios Postnaturales, un grupo de investigación fundado en Madrid y con una activa agenda en torno al diseño prospectivo con una perspectiva multidisciplinar y huyendo de posiciones hegemónicas.

Esta exposición parte de la premisa de que el concepto "natural" ha sido superado ampliamente por los efectos globales de la acción humana. A partir de ese momento, la barrera natural y artificial se borra generando una nueva idea de ecología. En una situación de fragilidad ecológica como la actual, es necesario repensar las relaciones y los flujos que se establecen entre los humanos, los ecosistemas y sus entornos, y considerar las nuevas complejidades que existen entre lo natural y lo artificial para establecer espacios de interdependencia y corresponsabilidad.

La exposición reunió experiencia, ficción, trabajo artístico e investigación para permitirnos explorar nuevas formas de interactuar con el planeta. Tratando diferentes temas como la convivencia, la botánica, las políticas territoriales y la estética asociada a la representación de la naturaleza, la exposición se entendió como una constelación que crea universos abiertos y transformadores. Esta invitación a reflexionar sobre la acción humana en el mundo pretendía acercarnos a la ecología desde diferentes perspectivas y aumentar nuestra curiosidad por las historias que se esconden detrás del arte y la cultura.

Se trata de un nuevo marco de pensamiento donde la tecnología no es lo contrario a la naturaleza sino una interfaz con la que operar en entornos y ecosistemas complejos, apoyándose en autoras como Donna Haraway y Ursula K. Le Guin para plantar nuevas formas de mirar hacia el futuro de las relaciones multiespecies desde un territorio híbrido entre la ciencia, el diseño, el arte, la tecnología y la ecología.

Refuge for Resurgence, de Superflux

Superflux, estudio especializado en el diseño especulativo, ubicado en Londres, propuso a la Bienal de Arquitectura de Venecia de 2021 una pieza de diseño especulativo sobre un futuro poscolapso global.

Después de haber sobrevivido al cambio brusco (el temido colapso) el planeta Tierra ha transitado hacia una era de clima precario. En este contexto, lejos de hacer propuestas distópicas, Superflux reúne a una comunidad multiespecie en medio de las ruinas de la modernidad para encontrar nuevas formas de convivir.

La idea es encontrar marcos mentales para explorar formas de trabajar juntos para cortar un nuevo mundo a partir de los restos del viejo. Trabajando juntos para forjar formas duraderas de compartir y supervivencia. Trabajando juntos para revivir esta Tierra, antes un puesto de orden y control. El primero es desplazar el centro antropocéntrico para reunir a humanos, animales, pájaros, plantas, musgo y hongos, en torno a una esperanza compartida en el resurgimiento de la vida, ya no bajo el control humano sino en simbiosis con otros seres vivos.

Refuge for Resurgence se presenta como una especie de banquete multiespecie con zorros, ratas, avispas, palomas, vacas, humanos adultos y niños, jabalíes, serpientes, castores, lobos, cuervos y setas. La escena deja al descubierto una conversación entre la parálisis del miedo y la audacia de la esperanza. Se desarrollan platos y utensilios de comida alrededor de una mesa donde sospechamos que no todos los que se sentarán serán humanos y quizás no todos saldrán vivos. No es un futuro ideal, idílico, pero quizá lo único posible sobre el que construir futuros compartidos.

Planet City, de Liam Young

Planet City es un monumental trabajo de lo que él llama “dramatización de datos”. La visualización de datos, conocida como infografía, consiste en representar de forma gráfica grandes cantidades de información para hacerlos legibles y comprensibles para el gran público. Es uno de los campos que más ha evolucionado dentro del diseño gráfico. Young va un paso más allá, que consiste en presentar los datos con narrativas cinematográficas y piezas audiovisuales capaces de transmitir emociones, "de modo que la gente pueda empezar a conectar con estas ideas".

En este caso plantea qué pasaría si construimos (con los materiales extraídos de la deconstrucción de todas las ciudades actuales) una megápolis para toda la humanidad, dejando al resto del territorio sin ocupar para que la naturaleza pueda recuperarse y volver a nutrir la tierra y limpiar el aire.

La base del diseño especulativo aquí es imaginar esta ciudad planetaria y cómo se gestionaría una especie de Torre de Babel contemporánea. Liam Young dice que es más una provocación que un proyecto futurible. Una de las cosas interesantes es que se basa en tecnologías actuales haciendo que éstas tengan un crecimiento y modernización acelerado detrás de sistemas más eficientes y ecológicos donde, por ejemplo, se cambia el litio por el hidrógeno para generar baterías.

Una sola ciudad, muy densa, que ocuparía una superficie equivalente al 0.02% del planeta. De entrada, es tan impensable que nos sitúa en un escenario donde ni siquiera somos capaces de imaginar los problemas a los que se enfrentaría una urbe así, que además pretende autoabastecerse sin extraer del resto del planeta los recursos y alimentos para hacerla viable. Aquí lo importante no es si Planet City es viable, incluso si es deseable. Lo interesante es que podemos aprender de esta proyección de futuro, que, a pesar de parecer una distopía, se plantea como un escenario de éxito, ya que logra que la raza humana sobreviva al gran colapso.

http://www.guayabero.net/publicaciones/articulos/diseno/articulo/antes-todo-esto-era-bosque.html