Cultura y medios

Las Glorias del diseño

Claret Serrahima, Oscar Guayabero (Avui 17 de Agosto de 2010)

El futuro Dhub o Museo del Diseño, en la plaza de las Glòries, reducirá su espacio para dar cabida a la biblioteca del barrio del Clot

Hace unos días nos hemos enterado de que en el edificio del futuro museo del diseño, Dhub (Disseny Hub Barcelona), proyecto ya en obras del estudio de Oriol Bohigas MBM, en la plaza de las Glòries, le han sacado unos 2.000 metros cuadrados para hacer la biblioteca de barrio del Clot. La ubicación del equipamiento, largamente reclamado por los vecinos, no les convence para que, si bien por pocos metros, está fuera del barrio del Clot.

En todo caso, y en principio, parece interesante hibridar equipamientos. Tal como se hizo en Fort Pienc, crear un núcleo con diferentes servicios genera un punto de centralidad del barrio, de actividad ciudadana y de sinergias urbanas. Ahora bien, la ubicación en el Dhub se debe a la recurrente crisis económica. El edificio Ona, proyecto de Federico Soriano, que le había de acoger, parece que no se construirá, a pesar de haber ganado el concurso y haber sobrevivido a los ataques de ego de Jean Nouvel porque hacía "sombra" en la Torre Agbar. Dicen las malas lenguas que el famoso arquitecto francés llamó a Joan Clos, cuando era alcalde, para que el redujeran unos metros.

Tampoco es un problema de metros. Quitar 2000 de un proyecto de más de 20.000 metros cuadrados no genera un mal excesivo. Es de suponer que representará un problema logístico de circulación, de visitantes y usuarios pero seguro que se puede solucionar. Sin embargo, habría que ver si el espacio es el más adecuado para la biblioteca, si tiene la luz, el acceso y las instalaciones más idóneas. Pero también hay que saber qué ha hecho pensar al Ayuntamiento que el Dhub podía prescindir de estos metros. Recordemos que el Dhub o Museo del Diseño es una propuesta impulsada por varios colectivos profesionales y por el entonces concejal de Cultura Ferran Mascarell para reclamar la capitalidad estatal del diseño, que Barcelona tiene por méritos propios. Con Jordi Martí se ha hecho realidad el proyecto y ahora hay que ver como la Generalitat se implica en el Dhub. Pero da la impresión de que el proyecto ha pasado a ser secundario para la alcaldía. Y cuando han venido dificultades se ha desdibujado el proyecto. Que se puede hacer una biblioteca es obvio, pero entonces hay que repensar el edificio, así como el proyecto Dhub. Puede ser muy interesante acercar el Dhub los usuarios locales pero esta tarea no puede ser fruto sólo de una coyuntura económica.

Les Glòries han sido históricamente un espacio desafortunado, los vecinos han tenido que soportar un nudo viario más propio de autopistas que de núcleo urbano, como la remodelación de la plaza es un enigma. Así que esta nueva ubicación del equipamiento prometido es la gota que colma el vaso. No es una buena entrada del Dhub el barrio, tampoco lo es quizás su formalización arquitectónica. En todo caso, las Glòries parece enfrentar los equipamientos para el barrio con el Dhub, "la grapadora" como ellos la llaman. "Menos diseño y más cultura", hemos podido leer en comentarios en la red. La afirmación es sin duda equivocada, pero habría que saber por qué una parte de la sociedad barcelonesa, y creemos que no es pequeña, interpreta que el diseño es sinónimo de frivolidad, de intereses municipales y de manipulación "en contra del pueblo ". Sin quitar responsabilidad a los propios diseñadores, habría que repasar la utilización que los políticos han hecho del diseño. Desde usarlo como bandera en los alrededores del 1992 y justificar operaciones urbanas poco sensibles con los vecinos con el diseño de mobiliario o las conocidas plazas duras, a caer en la trampa de la derecha de situar la palabra diseño como adjetivo peyorativo . Algunos dicen que ahora no toca ser de diseño, que toca ser austero. Precisamente, el diseño es la disciplina que permite obtener más con menos.

Hace pocos meses la Escuela Elisava también vio como al ocupar el edificio de la Pompeu Fabra en las Ramblas, del Ayuntamiento incluía una biblioteca. Casualidad o no, tal vez es adecuado recordar la importancia que tiene el diseño en la economía de la ciudad. Tenemos más escuelas de diseño aquí que en Nueva York. El sector del diseño, si reunimos la gráfica, el producto, el interiorismo, la moda, el multimedia y los medios digitales, es uno de los sectores más activos de nuestra economía, incluso en tiempos de crisis. Que todavía dude que diseño es cultura, que ponga el reloj en hora porque lleva un retraso de varias décadas.

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