Cultura y medios

Ja tenemos 600!

Ja tenemos 600! La represa sense democràcia. Barcelona 1947-1973

Colectiva

MUHBA. Museu d’Història de Barcelona. Casa Padellàs (Pl. del Rei).

Hasta al 26 de Junio.

Ya tenemos 600! La recuperación sin democracia. Barcelona 1947-1973 es una exposición pequeña, sin pretensiones de ser enciclopédica ni definitiva, pero diría que es tremendamente terapéutica y útil. Los oscuros y crudos años cincuenta se acababan, la sociedad necesitaba tener esperanza y, si no podía ser de democracia, al menos pudo ser de bienestar. Todo el mundo podía tener un 600 o al menos eso nos hicieron creer, quería ser nuestro Volkswagen (el coche del pueblo). Toda una generación probó ni que fuera de lejos, el progreso económico que vivía Europa en la década de los sesenta. El 600 fue símbolo de la "España del Desarrollo" Primero, de la clase media y tras el consumo popular. La SEAT sería más importante empresa 'moderna' del país. El régimen de Franco tuvo un doble papel: mientras abrazaba el liberalismo económico, reprimía los intentos de libertad.

El 600 parece hecho a medida para la frase del dictador: "Haga usted como yo. No se meta en política ". Se trataba de pasarlo bien, salir al campo a hacer el domiguero y olvidar las penurias. Pero a la sombra de la SEAT, los sindicatos, clandestinos desde la guerra civil, revivieron entre sus cadenas de montaje. Al mismo tiempo fue punta de lanza de la emigración del sur hacia el norte y, por tanto, motor de la creación de las periferias obreras que dieron fruto, en los setenta, los movimientos vecinales.

Quien la visite encontrará mucha gente de edad avanzada que, repasando las fotografías, hacen memoria de un pasado, si bien difícil, también feliz. ¡Era su juventud! El MUHBA ha hecho bastantes exposiciones de carácter político y no siempre han sido fáciles de digerir, incluso para los que sufrieron la dictadura desde el pensamiento de izquierdas. Ya tenemos 600! es una manera amable de recordar. Pero no creo que sea una frivolidad. El comisariado de Nadia Varo ha contando con el asesoramiento, entre otros, del hispanista Sebastian Balfour, profesor emérito de la London School of Economics.

La recuperación de la memoria histórica de nuestro país es un concepto difícil de explicar pero fácil de entender. Hay que devolver la dignidad a quienes fueron menospreciados por la dictadura y no olvidar el horror para que no se vuelva a repetir. Dicho así parece sencillo, pero cuando todavía convivimos con los protagonistas de aquella época, cuando muchos aún tienen heridas abiertas y prefieren olvidar o simplemente no rememorarlo, el tema se hace resbaladizo. Haga que los niños vayan con los abuelos para que puedan transmitir un pasado que, si bien es relativamente próximo, viendo algunas de las imágenes parece imposible.

El 600 fue mucho más que un coche, fue un punto de inflexión social. Se trataba de que los trabajadores pudieran tener coche: en 1967, cuando apareció en el mercado. costaba 65.000 pesetas. Esto configuró una ciudad diseñada por el tráfico privado. El rápido incremento del tráfico rodado transformó la fisonomía del espacio público. En 1962 en Barcelona había unas 135.000 plazas de aparcamiento para 100.000 automóviles. Pero quizás lo más importante fue que abrió la posibilidad de segundas residencias, de veranear fuera de la ciudad. Los emigrantes pudieron volver al pueblo, de vez en cuando, para mostrar el éxito de vivir en la gran ciudad y aumentar el efecto llamada. Todo un hallazgo social que también trajo las caravanas, la contaminación y la ocupación depredadora del territorio, pero eso ya sería otra exposición.

El montaje gira alrededor de un 600, como no podía ser de otra manera. Concretamente, del 600 que el Memorial Democrático de Trabajadores de SEAT ha cedido al MUHBA. Pero también hay otros objetos de la época y una importante presencia audiovisual y documental. La Creativa, el estudio encargado del montaje. no ha caído en un espacio historiado. No esperéis atrezo de los sesenta, ni estética pop, ni papeles pintados yeye. Respira una cierta austeridad coherente con el contenido. Colocando todo el material gráfico en la periferia, crea unos muebles en el centro que son a la vez paisaje, vitrinas y asientos. Muchos asientos, lo que es de agradecer viendo que hay mucha gente mayor.

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