Arquitectura y urbanismo

La arquitectura de la sombra

Ara (8 de julio de 2011)

El ingenio popular para protegerse del sol y crear espacios frescos con pocos elementos es legendario, pero también los arquitectos se han roto la cabeza buscando la manera de crear sombras amigables con edificios ligeros y sorprendentes.

Ahora que ya estamos en pleno verano, esa conocida senténcia de Mies Van der Rohe "menos es más" se hace evidente en playas, terrazas y plazas. Una multitud de pequeñas arquitecturas efímeras aparecen con la única intención de generar una zona de sombra. La arquitectura de la sombra es tan antigua como antiguo es el acto sabio del hombre que se tumba bajo la sombra de un árbol para protegerse de los rayos solares. Y quizá el Mediterráneo es uno de los lugares del mundo donde esta tradición ha generado más arte y literatura y a la vez más recursos caseros, sabiduría local y arquitecturas vernáculas.

Conseguir sombra a las orillas del Mediterráneo ha generado infinidad de tipologías de estructuras: de la jaima a la casba, las medinas, el toldo, el chamizo o barraca, los umbráculos, la cortina, el cubierto de celosías, la sombrilla, la persiana, etc. Todas estas arquitecturas de sombra tienen un único propósito: que la vida fluya.

Las sombras caseras
Tanto si son de ramas como de tela, el objetivo siempre es facilitar que la vida pueda seguir su curso.

Bajo esta luz, la cueva y la cabaña ya no son refugios sólo del frío, sino también del sol. Del tipi de los indios americanos a las barcas vivienda de Tailandia, la sombra es materia imprescindible para la vida. Òscar Tusquets explica en su libro Más que discutible: "Nuestros antepasados ​​de cualquier clase social hacían lo imposible por protegerse del sol, tanto porque intuían el perjuicio para la salud, que hoy ha quedado demostrado por el conocimiento de su efecto sobre el cáncer de piel, como por razones evidentes de confort visual y térmico ". En este mismo libro, Tusquets hace una gradación de calidad de sombra, y en primer lugar encontramos la sombra de los árboles. Es normal, ya que las hojas movidas por el aire hacen una sombra variable, fresca y viva. Después viene el cubierto de ramas o cañas, y los entramados de hojas de palmera, y el toldo textil, y desde aquí hasta llegar al techo de construcción, que es una sombra opaca, total, muerta. Es decir, que cuanto más solidez arquitectónica, menos calidad ambiental, en cuanto a la sombra.

La sombra es un bien preciado y no sólo para descansar sino también para poder desarrollar la actividad humana con cierta normalidad, como hemos podido ver en las plazas de las acampadas de los indignados. Las calles de buena parte del mundo árabe se llenan de vida con sus mercados llenos de olores y colores, pero todo esto no sería posible sin las cubiertas vegetales que crean una zona segura, con una bajada de más de 10 grados de temperatura. Las tiendas deben encender las luces para iluminar sus productos en pleno día, pero sin esta penumbra sería imposible ninguna conversación, ningún regateo, ninguna vida. Pasa lo mismo en los mercados semanales de tantos y tantos pueblos, los laberintos de toldos y telas de cobertizo crean espacios protegidos del sol donde el comercio es posible.

Estos días aparecen un montón de arquitecturas efímeras destinadas únicamente a ofrecer sombra. Una de las más notorias este año la encontramos en las terrazas de bar, impulsadas, además, por la ley del tabaco. La profusión de modelos o maneras de hacer sombra es evidente, y el modelo más habitual es el de palo central y con una superficie cuadrada o redonda que apenas cubre un par de mesas, a menudo patrocinado por alguna marca de bebida. En este caso, como en otros, no se trata sólo de sombra sino de la demarcación de un territorio, de un espacio. Bajo la sombrilla hay vida, fiesta, refrescos y conversaciones, fuera sólo está el sol y el calor. Y también de un reclamo publicitario: donde vemos sombrillas hay bares, quizá el mejor anuncio para todo establecimiento.

Toda esta arquitectura y diseño de cobijos no tienen otra función que acoger la vida. Muchos no tienen excesivas pretensiones culturales y sin embargo son bastante significativos de nuestra cultura. Una conversación relajada de sobremesa bajo un cobertizo de tamarit, apurando lo que queda de un buen vino, resume muy bien lo que los franceses llaman la joie de vivre. Y no era eso la arquitectura, generar condiciones propicias para la actividad humana?

Refugios de playa
En ningun lugar como en la playa la sombra es tan preciada. Los utensilios domésticos para estar a la arena y los cubiertos de los chiringuitos no han evolucionado mucho en los últimos años, tal vez porque ya cumplen de manera eficaz su función. Los más tradicionales y organizados son los toldos que las familias reservan de año en año y donde incluso dejan atadas las sillas y tumbonas. Pero las protagonistas indiscutibles son las sombrillas y parasoles con los palos clavados en la arena. En las telas, las franjas que siempre combinan blanco y azul o rojo o verde, tienen una razón de ser muy sencilla: intentar imitar la variedad de sombra que produce un árbol o una pérgola.

La persiana sabia
En la arquitectura vernacular las persianas en ventanas y balcones hacen la función de filtro solar y térmico. Ya sean de láminas verdes, de madera, de mimbre o esparto o de tejidos diversos, la clave es que sean enrollables, con cuerda o con cinta, con el rollo visto o escondido quicio. Los sistemas pasivos, que no necesitan un aparato mecánico, han sido siempre un eficaz sistema de climatización. El más común es la ventilación cruzada, que se trata simplemente de crear una corriente de aire entre la fachada que tiene sol con alguna otra que esté a la sombra, abriendo las ventanas de ambas. Y obviamente, bajar las persianas durante las horas de máxima insolación y subirlas atardecer.

Las sombras diseñadas
El equilibrio entre luz y penumbra marca la calidad ambiental de un edificio.

La arquitectura siempre ha tenido la luz como material de trabajo. Pero, quizá porque la historia oficial se ha escrito desde el norte de Europa, la sombra ha quedado a la sombra, si me permitís la reiteración. Uno de los clásicos errores de la llamada arquitectura internacional, nacida del legado de la Bauhaus, ha sido no contar con las particularidades climáticas y solares del Sur. Pero no siempre es así. El GATCPAC y sus arquitectos dieron muestras de sabiduría de sombra con varios proyectos, desde los módulos de vacaciones hasta La Ricarda de Antonio Bonet y la Casa de la Marina de Coderch. En todos estos proyectos el uso de la sombra como generadora de espacios, de confort, es evidente. La clave para estos edificios es crear espacios intermedios entre dentro y fuera. Espacios donde corra el aire pero cobijados del sol. Si una casa de verano no tiene estos espacios, es una casa equivocada.

Incluso Le Corbusier cuando escoge un lugar para su Cabanon lo hace la sombra de un algarrobo centenario y junto al chiringuito de comidas con una espléndida marquesina de lo anexo. Así, el aparente hermetismo de su módulo ascético mejora climáticamente y crea un pequeño espacio exterior, lo justo para que el arquitecto pudiera sacar la silla a la mejor sombra posible, la de un árbol. Quizás el algarrobo fue lo último que vio antes de ahogarse en el mar justo delante de la cabaña, una última imagen de sombra para un arquitecto de la luz. De hecho, un recurso clásico es hacer una extensión de la casa, como una marquesina, una pérgola o simplemente la estructura de un cobertizo, y poner tela de sombrajo o tamarit.

La tela de sombrajo ha sido básica para poder cultivar la huerta bajo el sol del verano. En los campos de plástico de los invernaderos de la huerta murciana les crece una piel interior oscura de rafia negra para proteger los tomates, lechugas, etc. de las altas temperaturas. En su casa de Coutras (a 50 km de Burdeos), el estudio de arquitectos Lacaton & Vassal demostraron que con la combinación de la tecnología de invernaderos y umbráculos agrarios se podía hacer una vivienda con buenas prestaciones climáticas y un coste muy reducido.

De hecho, los umbráculos suelen ser complementos de los invernaderos, como el del Parque de la Ciutadella, diseñado por Josep Fontseré en 1884. La penumbra deja vivir plantas exóticas de entornos selváticos reproduciendo una protección solar que en la jungla dan la frondosidad de los árboles. Son espacios mágicos, como explica Jordi Puntí en un artículo del año 2003: "Sentado entre palmeras tropicales y enormes bananos, los ojos se acostumbran a la especial penumbra del Umbracle y descubren mil formas y olores: los troncos que se arquean esperando su momento de luz, las hojas grandes como orejas de elefante, la brisa que pasa por entre los barrotes y mueve las ramas misteriosamente. El Umbracle siempre es fascinante, pero, claro, cambia según la estación del año. La sombra del verano, atigrada por la mañana y sensual por la noche, no tiene nada que ver con la luz lechosa que se filtra un mediodía de invierno, que da a las plantas un aire de experimento lunar ". Josep Fontseré sabía hacer sombra porque también es el autor del Born, ahora en plena reconstrucción.

Un umbráculo urbano
Siguiendo este camino de crear una sombra habitable, útil, donde la vida crece, Rafael de Cáceres, que conoce a fondo el Born, y Xavier de Cáceres Ainsa han generado un gran cobertizo en la plaza de Cataluña de Figueres. En el techo han puesto una cubierta fotovoltaica y los laterales unas láminas de madera hacen la función de parasol. Proteger del sol y también de la lluvia las actividades más diversas, dejando el espacio diáfano para que pueda ser adaptable a todo lo que la ciudad necesite es un posicionamiento interesante, diría que inusual.

A menudo las plazas tienen un programa demasiado predefinido por la arquitectura que las configura. Lejos de cerrar programas de usos, la arquitectura sólo pone las condiciones para la actividad urbana pueda ocupar el espacio. Una estrategia similar a la que utilizan Batlle y Roig en su polideportivo del Parque de la Ciutadella. Quizás el planteamiento es más radical en Figueres porque también los requerimientos de programa lo permiten.

Formalmente, podemos encontrar referentes en la arquitectura de la Glass House de Philip Johnson, y de la Ville de Saboye de Le Corbusier. Es decir, vaciar la franja de uso, la franja humana, con la generación de una gran ventana panorámica y levantando la fachada sobre pilares. Dejando la arquitectura en el suelo y debajo (en Figueres con un parking) y por encima del cabezas, el cubierto y la tecnología solar.

El cubierto actual sustituye un par de marquesinas anteriores, destinadas al mercado semanal que, probablemente por una excesiva especialización, no habían conseguido dinamizar la plaza. Ahora el cubierto es una extensión de la ciudad en la que el grueso de "la arquitectura" elevada del suelo deja la superficie disponible al uso ciudadano. Asimismo, la cubierta es un huerto solar de generosas dimensiones (1.308m2 de placas) que generan energía y que, mediante dispositivos, puede ser trasvasada a las compañías eléctricas. El hecho de que la superficie susceptible de ser cubierta disfrute de una orientación longitudinal sur, facilita la rentabilidad y eficacia de la propuesta con capacidad para generar 123MWh/any.

La actividad periódica es de dos veces a la semana: mercado de frutas y de verduras. El cubierto hace sólo un mes que funciona, sin ser inaugurado, por impedimentos electorales, y ya se han hecho conciertos, una feria del libro, mítines, etc. El proyecto de futuro pretende incorporar más actividades: exposiciones temporales en el altillo, cine y teatro al aire libre, etc. El equipo municipal tiene la agenda de propuestas bastante apretada

Las terrazas de la Rambla
Después de un concurso fallido en 2007, los Amigos, Vecinos y Comerciantes de las Ramblas empezaron una búsqueda para un nuevo modelo de sombrilla para las terrazas del conocido paseo, conjuntamente con el arquitecto Josep Maria Bilurbina y la concejalía del distrito. La idea era encontrar una sombrilla unificada para todo el paseo, con esta manía que tenemos los catalanes de ordenarlo todo. La verdad es que la Rambla quizás necesita ser ordenada, pero básicamente lo que hace falta es sacar cosas y no cambiarlas, desde los quioscos de los pajareros hasta las terrazas excesivas. El resultado formal de la sombrilla en cuestión, en forma de vela, parece muy desafortunado, y aparte de remitirnos al diseño de los años ochenta, su funcionalidad es dudosa. Veremos qué dice el próximo gobierno municipal.

Los nuevos Encants viejos
Estamos pendientes de conocer si el proyecto definitivo de los nuevos Encants sufre algún cambio con el nuevo gobierno municipal. El proyecto previsto, que se levantará al llamado Bosquet dels Encants, en el cruce de la avenida Meridiana y la calle de Castillejos, tendrá una superficie total de 33.306 metros cuadrados. El nuevo mercado mantendrá la sensación de compra al aire libre con la construcción de una gran cubierta triangular, de 24 metros de altura media, que se extenderá hasta los límites de las aceras de las calles que rodean el solar y que se convertirá en un elemento urbano representativo de la nueva plaza. La espectacular cubierta proyectada por el estudio de Fermín Vázquez, b720, tendrá un sistema de láminas de vidrio inclinadas, el acabado superior será de zinc interior se colocarán paneles de acero inoxidable.

Los umbráculos que vienen
Tres proyectos en los que la sombra es la protagonista y que están pendientes de ejecución.

a) Enric Ruiz-Geli ganó el concurso del nuevo aviario para el Zoo de Barcelona con una propuesta atrevida, como es habitual en él. Un árbol gigantesco haría de mastil de una enorme red bajo la cual vivirían aves en un estado de más movilidad que en las instalaciones actuales.

b) RCR Aranda Pigem Vilalta Arquitectes firman un proyecto para el parque de la Nova Mar Bella con un nuevo frente marítimo que tiene la sombra como motivo principal. El umbráculo se confía a una extensa pérgola vegetal.

c) Bopbaa (Bohigas, Plan, Baquero arquitectos) firman la nueva estación de Sant Andreu Comtal, que es también la puerta al nuevo parque con un gran umbráculo como nexo.

http://www.guayabero.net/publicaciones/articulos/arquitectura-y-urbanismo/articulo/la-arquitectura-de-la-sombra.html