Avui, Suplement Cultura 18, febrero de 2010
La idea de hacerlo transitable es porque el edificio es a la vez refugio y mirador
Estoy en Terrassa, en el Atlètic Terrassa Hockey Club, una entidad deportiva dedicada al hockey hierba. Uno de sus socios, Xavier Vancells, es, aparte de jugador aficionado, arquitecto. Parecía lógico que a la hora de ampliar las instalaciones sociales le hicieran el encargo. Quién mejor que un socio para conocer las necesidades del club? Además, Vancells es un arquitecto con experiencia y lleva ya unos años haciendo proyectos interesantes, antes con Franc Fernández y Carlos Puig (FFPV) y desde hace un tiempo por su cuenta como Xavier Vancells Arquitectura XVA.
El edificio parte de dos ideas muy claras: hacer difusa la línea entre interior y exterior y abrazar el edificio preexistente con una marquesina transitable para arriba y habitable por abajo. "Es una de los pocos pinares que quedan fuera del Parque Natural de Sant Llorenç de Munt intentamos que, estando dentro del edificio, los árboles estuvieran presentes". Todo el perímetro es un juego de cristales que en determinadas ocasiones se convierten en espejos, o filtros o ventanas panorámicas. Incluso hay árboles integrados en la marquesina. Es difícil encontrar una línea visual en el que no aparezca un pino, o más de uno. Parece lógico: me imagino que si los socios vienen al club no es sólo para jugar a hockey, sino también para airearse.
La idea de hacerlo transitable también llega empujada por entender que el edificio es a la vez refugio y sede de actividades para los socios del club y un mirador del entorno. Quizá la parte que tiene más sentido es justo cuando la marquesina bordea la pista de césped artificial, donde mientras hablamos entrena un equipo francés que hace un stage buscando el buen tiempo. Sorprendentemente, sin embargo, el mirador no es atalaya, sino paisaje expandido. Cuando llegas desde el parking, la cota del techo queda a tu altura y puedes ver por encima de los árboles de atrás. Es cuando subes que ves la buena perspectiva de la pista de juego y del bosquecillo de pinos que le rodean.
La primera fase fue ver las posibilidades que tenía el edificio preexistente, que queda en el centro de la nueva construcción. "Sacamos todas las divisiones internas y cogimos los pilares en H, desnudos, como nexo de unión con la parte nueva". Ciertamente, desde dentro, reconoces los dos espacios para tratamiento de techo, negro en la parte nueva y blanco antigua, pero se ha conseguido una cierta homogeneidad.
Otra parte interesante es una terraza que tiene algo de peristilo romano y mucho balcón al jardín. El espacio queda protegido y tiene zonas cubiertas no cerradas por la lluvia o el sol de verano. De hecho, toda la piel de deployé hace a ratos de filtro solar y a ratos de cobijo ventilado. "Pintamos la plancha del mismo color marrón de los troncos y los cristales tienen una lámina de verde como las hojas, no queríamos imitar nada, pero sí favorecer la sensación natural".
El aspecto lujoso de las sedes sociales como ésta siempre me hace sonreír. Como en este caso, el aspecto ceremonial menudo esconde una economía de recursos considerable. En el Atlètic Terrassa Hockey Club se muestra con un mobiliario demasiado serio para acoger a gente a quien le gusta correr detrás de una pelota con un stick en las manos. En todo caso, la sobriedad interior deja disfrutar del paisaje exterior.
Parece que las obras de ampliación no acaban aquí. El hecho de ser un club importante de un deporte minoritario hace que a menudo se organicen competiciones internacionales. Por eso ya trabajan en la remodelación de una segunda pista y un párking subterráneo. Mientras hacemos un café en el bar del club, pienso que por las proporciones apaisadas del edificio tengo la sensación de estar en un cine panorámico.
También conversamos sobre el Centro de Arte Huarte, en Navarra, una obra hecha aún dentro del estudio FFPV. Se trata de un centro cultural que se sitúa en una especie de gran alcorque y se eleva como una caja solemne, parasitada por una red que en un futuro será una especie de jardín flotante. "La idea del proyecto es integrar el edificio en el territorio y generar nuevas oportunidades y crear un espacio intermedio entre el interior y el jardín, debajo de una malla metálica que con el tiempo será colonizada por el verde".
Y mientras hablamos, Vancells va dibujando esquemáticamente, le envídio terriblemente por tener la habilidad de explicar, con tres rayas, un edificio. Creo que para que esto sea posible deben darse dos condiciones, que quien dibuja sepa y que el edificio dibujado tenga detrás una idea muy clara, una estrategia contundente. En el caso de Xavier Vancells y los proyectos de Terrassa y Navarra, es así
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