TimeOut (22 de mayo de 2011)
ACVic. Sant Francesc,1. Vic
Hasta 05.06.2011
APAMAR es un término catalán sin traducción. Quizás porque vivimos en un país tan pequeño que desde un campanario siempre puede verse el campanario vecino, que decía el poeta. El caso es que conocer el territorio, tomado la medida es casi como aquel personaje de Borges que hace un mapa a tamaño real de su país creando un país exactamente igual pero de papel, es decir, ir al detalle. En tiempos de Google Earth parece extraño que alguien se pueda dedicar a hacer mapas y además hacerlo con visiones artísticas, arquitectónicas, políticas y sociales, al margen de la oficialidad i del omnipresente buscador de internet, pero eso es justamente lo que ha pasado. Desde que los Situacionistas establecieron la deriva como forma de mapear un territorio y hablaban del "caminar como práctica estética", muchos son los que se han acercado al mapa como forma de conocer o reconocer una zona, un paisaje, un barrio, una frontera.
La muestra está comisariada por Maral Mikirditsian, Laia Solé y Ramon Parramon, este último es a la vez el director del centro. "Apamar. Gráficas, métricas y políticas del espacio" es una selección de propuestas que desde las prácticas artísticas, la arquitectura, el diseño o el activismo intervienen en la ciudad. Coinciden en proponer alternativas a las formas más convencionales de representación del espacio, a la manera de interpretarlo y de vivir.
Algunos de los trabajos revelan situaciones conflictivas latentes en el territorio y generan mapas que contribuyen a interpretarlas. Otros se refieren a procesos sociales autogestionados que utilizan la cartografía para activar estrategias colectivas, construir una red y buscar sistemas alternativos para los ciudadanos.
La mayoría de proyectos son abiertos, difusos, son más procesos que resultados y por eso su visualización no resulta fácil. Sin embargo, la potencialidad de conocer realidades lejanas como con el trabajo "Beirut: Mapping Security", de Mona Fawaz, Ahmad Gharbieh y Mona Harb, que analiza los numerosos tipos de medidas de seguridad que se han establecido en el municipio de Beirut como consecuencia los conflictos armados que el país ha ido viviendo desde los años 1970, paga con creces las carencias estéticas o narrativas.
A menudo las fronteras son espacios de conflicto y quizás una de las más complejas es la frontera entre México y Estados Unidos. En "LRPT (La región de los Pantalones tranfronterizos)" el ​​colectivo Torolab hace visible la movilidad transnacional de los habitantes de las ciudades de Tijuana y San Diego. Mostrar lo que Google Earth no ve o no quiere ver como instalaciones militares, campos de entrenamiento, edificios gubernamentales, playas nudistas o entornos que han sido manipulados por la especulación, es lo que proponen Isaki Lacuesta e Isa Campo con "Lugares que no existen". Incluye una serie de retratos y filmaciones de espacios reales de España, Colombia, Ecuador y Rusia, entre otros.
Pero quizás el trabajo que tiene más recorrido como proceso participativo y social es el de "Geográfia dell'Oltrecittà" y "Agroculture nómada", de Stalker / Primavera Romana, con el que generan y comparten el conocimiento social y la sensibilización sobre las transformaciones urbanas. Aparte de "APAMAR" los "descampados" de las afueras de Roma, recogen la cosecha de los olivos que se encuentran en espacios urbanos o descampados consiguiendo 32 litros de buen aceite, envasado con el nombre de aceitoso P.U.R.O. Haciendo una derivada del conocido aceite de Joseph Beuys pero con vocación social, ya que reparte las ganancias entre colectivos que viven en precario y que de hecho colaboran en la cosecha, y denuncian la explotación que sufren desde hace años los trabajadores africanos en los campos de Rosarno el sur de Italia.
En todo caso, los mapas que forman parte de la exposición sólo son un ejemplo de muchos otros colectivos que Ramon Parramon y antes Martí Perán llevan tiempo cartografiando. Es una forma de reconocer la realidad y poder operar en ella, un primer paso, y esperamos que no sea el único y que en el futuro otros colectivos pasen del gesto icónico y estilístico del maping a la acción directa sobre las realidades en las que trabajan. Como muestra de estos nuevos caminos, encontramos la red "Guifi.net" que propone una alternativa a las operadoras de telefonía ofreciendo acceso a Internet por ondas. En principio fue para zonas de Cataluña sin cobertura pero ahora se ha extendido como una verdadera red paralela.
Pero también los territorios íntimos y personales se pueden mapear como lo hace Sara Nelson Wright mostrando los viajes de seis personas dentro de Brooklyn a partir de los cambios de domicilio por cuestiones de trabajo, amor o necesidades de más espacio, más luz, etc. Esta pieza y las otras invitan a mapear la vida de uno mismo o el territorio que transitamos. ¿Cómo sería el mapa de nuestra actividad diaria, el de nuestros affaires sentimentales, el de nuestra opción política o identitaria? Sospecho que muy diversos y con pocos puntos en común con los mapas y las fronteras oficiales.
¿Y donde queda Vic en su mapa? En mi cada vez más cerca.
http://www.guayabero.net/publicaciones/articulos/arquitectura-y-urbanismo/articulo/apamar-graficas-metricas-y-politicas-del-espacio.html