Que los mejores alegatos contra el fascismo y el taylorismo los firmara Charles Chaplin con "El gran dictador" y "Tiempos Modernos" no es casual. El humor, siempre ha sido una manera de decir cosas que de otra forma, o bien no llegan a captar la atención de la sociedad, o bien te pueden llevar a la cárcel.
Últimamente, hemos visto cómo el humor ha tenido una revitalización, los programas televisivos como "Polonia" o "El Intermedio" y revistas humorísticas, desde el histórico "El Jueves" hasta el novísimo "Mongolia" o el digital "El Estafador", tienen una presencia importante en el día a día. Incluso simulacros de diarios digitales en clave de humor como "El Mundo Today" o "Romkambol" tienen audiencias importantes. Y es que su lectura de realidad parece muchas veces más veraz, más objetiva, más real, que la las medios tradicionales o los informativos "serios". Caso aparte, merece "Salvados" donde progresivamente, Jordi Évole ha ido llevando a la audiencia desde el humor a la critica social y al periodismo de investigación.
Pero ¿que pasa cuando el humor interfiere en la vida real?. Quiero decir, cuando se infiltra en una actividad "seria". Aquí tenemos un caso bastante curioso, la participación en Eurovisión del personaje Chiquiliquatre. Lo que empezó siendo una broma terminó siendo ... una broma mayúscula. La imagen de un humorista ridiculizando al resto de cantantes, en un festival que es casposo, pero que cuenta con seguidores, provocó un seísmo, alguna dimisión y no pocas críticas.
En el año 2012, el humorista Jón Gnarr desplazó a las siglas tradicionales con una formación que se declaraba abiertamente corrupta y aseguraba que no cumpliría ninguna de sus promesas electorales. Obtuvo la alcaldía de Reikiavik. Actualmente, sigue como alcalde de la ciudad y no parece que lo haga peor que los políticos profesionales.
Estos días, Beppe Grillo ha trastornado el panorama político italiano con unos resultados, tan solo menos sorprendentes que el de otro candidato que hace reír, Silvio Berlusconi. Los tertulianos se han apresurado a descalificar el primero y a decir que Berlusconi es algo más que un populista. Le exigen a Grillo que, ahora que ha obtenido un montón de escaños, "baje a la arena política" y pacte. Quieren que sea uno más, cuando él lo que quiere es desmontar el sistema. Todo ello, en defensa de unos políticos serios.
Pero, ¿es seria la política? La palabra proviene del griego polis, que significa ciudad; la política es, etimológicamente, todo lo que tiene que ver con la ciudadanía y sus preocupaciones, especialmente la ideología de los grupos y se vincula al bien o con el interés general o del pueblo . ¿Cuál es ahora la máxima preocupación de los políticos? ¿El bien común, la ciudadanía, el interés general? Ni mucho menos. La obtención del poder, el mantenimiento de éste y la gestión de los fondos públicos parecen ocupar la mayor parte de la energía y tiempo de los partidos políticos. Desde luchas internas a corruptelas varias, los propios políticos se han convertido en una de las máximas preocupaciones de los ciudadanos.
Si ya nadie cree las promesas electorales, nadie se fía de los cargos públicos, nadie confía en que trabajen por el bien común, nadie cree sus previsiones económicas, nadie toma en serio nada de lo que dicen, ¿que tiene de serio la política?
Siempre habrá quien diga y quizás con razón, que son casos aislados, que no todos son iguales y que sin partidos estaríamos en una dictadura o lo que parece aún peor, una anarquía. Pero cuando el jefe del estado, el presidente del gobierno y el presidente del gobierno autonómico están implicados, de una forma u otra, en casos de corrupción, se hace difícil de defender que, este sistema de democracia representativa, con una ley electoral injusta y unos sistemas de control sobre el capital y la corrupción claramente ineficientes, sean mejor que algo nuevo.
No conozco lo suficiente a Grillo para saber si puede proponer algo más que representar el cabreo general de la sociedad italiana. De momento ha propuesto a Dario Fo como Presidente de la República, de buen grado la aceptaría, si yo fuera italiano. Prefiero mil veces estos anti-sistemas, que opciones como las que por aquí están ganando los mismos votos del descontento: UPyD, Ciutadans, Plataforma per Catalunya, etc. En Grecia, el cabreo del electorado hizo que apareciera Amanecer Dorado, que son todo menos humoristas, aunque las cosas que dicen hacen reír, ellos hacen más miedo que otra cosa.
Es evidente que Beppe Grillo se enmarca en una tradición italiana de humoristas mediáticos con ínfulas morales, como el cantante Adriano Celentano que en 1987, durante su programa "Fantastico", invitó a los telespectadores a apagar sus televisores durante cinco minutos para la paz en el mundo. Petaron varias subestaciones por sobrecarga. O como la actriz porno Cicciolina que ahora parece que quiere volver a la política. Es como si los italianos no se tomaran demasiado en serio la política. Pero, ¿como podrian hacerlo, si la mayor parte de los políticos están a sueldo de la mafia? Si tienen una ley electoral más surrealista de la nuestra, y mira que es difícil, ¿cómo deben confiar en la democracia?. Ahora dicen que cambiarán la ley electoral, pero no para que sea más representativa sino para impedir que Grillo gane más escaños.
Parece que no han entendido que se está acabando un ciclo. La política representativa de votar cada cuatro años y callar el resto, se ha acabado. La sociedad pide más control sobre el poder político, más transparencia, más participación. Quizá creen que sólo es cosa de la crisis, no es así. El irrupción de las redes sociales y la democratización de los medios informativos ha modificado la forma en que la gente se informa, se organiza, opina y, si es necesario, protesta.
Los medios de nuestro país se preguntan si tenemos aquí algún Beppe Grillo, parece que tengan ganas. Si saliera alguien no tardarían ni mediodía en arrancarle la piel a tiras. La pregunta que me viene a la cabeza es: si los humoristas están haciendo, en buena parte, lo que deberían hacer los periodistas, ¿por que no dejarles hacer lo que deberían hacer los políticos? Es difícil que lo hagan peor y menos nos reiremos más.
http://www.guayabero.net/publicaciones/articulos/activismo-y-contracultura/articulo/el-humor-como-solucion.html